La selección brasileña tuvo su dulce revancha y derrotó a Suecia en las semifinales del torneo olímpico de fútbol por 1-0. El gol de Pretinha en la segunda parte clasificó a las sudamericanas para la gran final, a diez meses de ser eliminadas por las suecas en la Copa del Mundo de Fútbol de la FIFA 2003. Estados Unidos, que venció a Alemania, será el otro protagonista de la final.
El estadio Pampeloponnisiako fue el escenario para el carnaval brasileño, que fue total ante la atenta mirada del Presidente de la FIFA, Joseph S. Blatter. Las sudamericanas justificaron la diferencia en el segundo tiempo, cuando encontraron la llave para imponerse ante el mediocampo europeo. "Así como sucede en Judo, cuando una pelea es pareja físicamente, gana quien muestra mayores cualidades técnicas. Eso diferenció hoy a Brasil de Suecia", explicaría al finalizar el encuentro René Simões.
No obstante, la paridad fue el denominador común de una primera mitad sin demasiadas emociones. Brasil, al compás de Marta, intentó hilvanar algunas jugadas peligrosas con pases cortos, mientras que las escandinavas apostaron al esfuerzo de Anna Sjoestroem por derecha más la velocidad de Victoria Svensson.
La primera en buscar el gol fue Daniela, pero su potente remate se perdió centímetros arriba del travesaño (4'). Sjoestroem tuvo su posibilidad minutos más tarde, pero tampoco acertó con la puntería (9'). La jugada más peligrosa para las suecas en todo el partido llegaría en el comienzo, cuando Mónica intentó despejar un centro con su cabeza y por poco no vence a su propia arquera. El balón, ante la incrédula mirada de Andreia, se perdió apenas afuera (14').
Brasil contestaría con una apilada fantástica de Marta, quien cedió para Cristiane sobre la derecha. La goleadora se acomodó para su mejor perfil y cruzó un remate colocado que paralizó el corazón de las europeas (33'). Las chicas de René Simões estaban más precisas y volvieron a merodear la apertura del marcador tras una pared en velocidad construida, una vez más, entre Marta y Cristiane. La delantera, en posición de remate, buscó un pase cruzado para Pretinha, que no llegó a conectar por escasos centímetros (42').
"El primer tiempo jugamos agresivamente, presionando en campo contrario. Hasta allí, las cosas fueron parejas. Pero en el complemento, nos superaron notoriamente", se lamentaría más tarde la entrenadora Marika Domansky Lyfors.
Y es que tal como explicaría luego la estratega, las sudamericanas exhibieron lo mejor de su juego en la segunda mitad. Las socias brasileñas, Marta y Cristiane, volvieron a generar riesgo en velocidad por la punta izquierda. El último toque fue para Pretinha, quien obligó a una salvada espectacular de Carolina Joensson (54'). La número nueve tendría otra posibilidad tras un centro de Formiga, pero su cabezazo en la boca del arco se fue desviado (56').
Joensson volvería a lucirse ante otro disparo de Marta, esta vez con pierna derecha (63'). A esa altura, las sudamericanas merecían su gol. Y la recompensa llegaría tras una exhibición de inteligencia de Formiga, quien dejó pasar el balón entre sus piernas para que Pretinha corra a enfrentar a la arquera. La diminuta delantera, con su habitual habilidad, eludió a Joensson y definió con zurda cayéndose al suelo (0-1; 64').
La superioridad de Brasil obligó a Marika Domanski Lyfors a tomar decisiones arriesgadas. Así, la entrenadora decidió el ingreso de Malin Andersson en el ataque. Pero ya era demasiado tarde. Por más que en los últimos minutos se jugaran en territorio brasileño, la suerte ya estaba definida. "Brasil fue mejor equipo, esa es la explicación que puedo dar. Sabíamos que sería un rival duro, lo conocíamos de la Copa Mundial, pero no pudimos hacer lo que planeamos", se excusó la entrenadora sueca al final del partido. Simões, por su parte, explicó las posibles consecuencias de un triunfo en la inminente final. "Si logramos la medalla dorada, el fútbol femenino crecerá de manera increíble en Brasil, donde mucha gente cree que las chicas no pueden jugar. Hoy demostramos que esta disciplina es un juego hermoso, y que todas las niñas deberían patear un balón".
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