Estados Unidos ha conquistado su segunda medalla de oro en el torneo olímpico de fútbol, al imponerse por 2-1 en una final con prórroga incluida a una impresionante selección brasileña, en el estadio Karaiskaki de Atenas. Un imponente testarazo de Abby Wambach en el minuto 112 ofreció a muchas de las veteranas del equipo, que colgarán ahora las botas, un regalo de despedida perfecto. Lindsay Tarpley había adelantado a las estadounidenses en la primera parte, y posteriormente Pretinha empató en un encuentro atractivo y de gran calidad dominado por las sudamericanas. 

Brasil, que había caído con un 2-0 a manos de Estados Unidos en la fase de liguilla, esperaba desde entonces la oportunidad de cobrarse la revancha. Iban tres minutos de juego cuando Rosana culminó una tortuosa galopada con un buen disparo con efecto desde 20 metros que se fue rozando el larguero. Las brasileñas estuvieron aún más cerca tres minutos más tarde, al tener que emplearse a fondo Briana Scurry para despejar un fulminante disparo de Elaine tras otro rápido contraataque.

Pero el conjunto de April Heinrichs no se iba a dejar arrebatar el balón con la misma facilidad que en la primera parte de su anterior encuentro. Una buena jugada por la banda izquierda de la infravalorada Kristine Lilly terminó con un tiro raso a la media vuelta de Abby Wambach dentro del área, que obligó a Andreia a realizar una inteligente parada.

Marta, la estrella del primer duelo entre ambos equipos, estaba siendo sometida a un férreo marcaje, y no apareció en los compases iniciales, pero mediado el primer tiempo irrumpió en el partido. Con una acción en la que brincó, saltó y se revolvió entre cuatro o cinco jugadoras estadounidenses, hizo que el público de Atenas corease su nombre.

Como cabe esperar en una final, los dos contendientes se estaban entregando al máximo y varias entradas estridentes hicieron que el público, animado, contuviese la respiración en algunos momentos. La Seleção era perceptiblemente un equipo mucho más físico, mientras que las norteamericanas devolvían ojo por ojo.

Transcurrida poco más de media hora, Rosana, la jugadora que más había mejorado de Brasil, se fue de su marcadora por la izquierda, aunque su disparo acabó en las manos de Scurry. Las muchachas de René Simões estaban pisando el acelerador.

Pero sería Estados Unidos quien asestase un golpe devastador. El balón le llegó a Lindsay Tarpley a 20 metros de la portería y la centrocampista avanzó antes de colocar un soberbio cañonazo por toda la escuadra, provocando el grito de muchos espectadores (1-0, 39').

Brasil dispuso enseguida de una buena ocasión para empatar, con un libre indirecto desde siete metros. Finalmente, tras varios despejes, el balón chocó violentamente con Cristiane y fue despejado de puños de forma espectacular por Scurry. En el subsiguiente saque de esquina, Daniela disparó ligeramente alto desde el borde del área.

Las brasileñas habían marcado trece goles, cinco de ellos obra de Cristiane, desde su derrota ante Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de que el trabajo de aproximación de la delantera siguió siendo excelente, faltaba el toque final ante una defensa norteamericana en apariencia infranqueable.

A 20 minutos de la conclusión de este trepidante encuentro, la emoción subió otro peldaño. Marta hizo que Scurry corriese apresurada a lo largo de su línea para atrapar un lanzamiento de falta rechazado, y unos segundos más tarde un remate de cabeza de Lilly planteó los mismos problemas a Andreia. Luego Cristiane, que estaba demostrando que Marta no es la única figura del combinado brasileño, le ganó la partida a Joy Fawcett, meneó las caderas y envió un centro raso. En esta ocasión Scurry palmeó el esférico hacia la llegada de Pretinha, quien aprovechó el regalo y celebró el tanto con euforia (1-1, 73'). El gol fue bien recibido por las personas neutrales que había entre los 10,000 espectadores.

Cristiane se encendió súbitamente. Dos minutos más tarde, regateó a su defensora desde 20 metros y su disparo se fue fuera por muy poco, cuando Scurry ya estaba batida. A los dos minutos, en el 77, de nuevo surgió por su banda izquierda y empalmó otro tiro con efecto, ante el cual la cancerbera norteamericana se giró lentamente para ver cómo la pelota daba en la base del poste.

El tiempo estaba a punto de agotarse y Wambach probó suerte con un lanzamiento de falta suave y bombeado que pudo batir a Andreia, pero no llegó a conectar con la puerta vacía. A continuación, en el minuto 88, Simões y cientos de espectadores se llevaron las manos a la cabeza cuando Pretinha, cayendo hacia atrás después de correr frente a la boca de gol, dio en el mismo poste izquierdo. Esa fue la última jugada del tiempo reglamentado.

El equipo de Heinrichs llevaba tanto tiempo defendiéndose que se había olvidado de cómo ir hacia arriba, y las chicas de Simões, por su parte, estaban estancadas. Un centro en profundidad de Rosana encontró a Pretinha, pero el remate de cabeza de la menuda delantera fue directo a las manos de Scurry. Luego sendos disparos lejanos de Marta y Daniela dieron más trabajo a la guardameta estadounidense. Las estrellas de Heinrichs necesitaban un estímulo y Wambach casi se lo proporcionó, pero su zurdazo se marchó alto.

Con todo, Brasil no se había detenido. Primero Daniela y luego Cristiane se plantaron ante los tres palos, pero no afinaron la puntería.

Cuando parecía que habría que ir a los penales, Lilly sacó un córner y Wambach se elevó con poderío para colocar un cabezazo que, aunque dio en Juliana, se coló por la escuadra (2-1, 112').

26/8/2004