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El combinado alemán se ha hecho con el tercer puesto del torneo olímpico de fútbol al vencer por 1-0 a Suecia. Renate Lingor anotó el gol que supuso la medalla de bronce para las germanas en el minuto 17. Las escandinavas vuelven a caer por segunda vez en este año frente a las alemanas, tras el 2-1 en la final de la Copa Mundial del Fútbol Femenino de la FIFA 2003
En la reedición de la final de la pasada Copa Mundial del Fútbol de la FIFA EE UU 2003, las vigentes campeonas del mundo se han enfrentado a las subcampeonas suecas por la medalla de bronce del Torneo Olímpico de Fútbol femenino. Además, con motivo de su 100º partido internacional, la guardameta alemana, Silke Rottenberg, fue galardonada antes del encuentro por el Presidente de la FIFA, Joseph S. Blatter, y el Presidente de la Asociación Alemana de Fútbol (DFB), Gerhard Mayer-Vorfelder.
El partido comenzó con furia. A los 39 segundos las suecas gozaron de la primera ocasión por medio de Victoria Svensson, pero su disparo desde 18 metros se fue alto. Alemania respondió inmediatamente. Petra Wimbersky se internó por la banda y centró al área, donde Conny Pohlers prolongó su envío hacia Birgit Prinz. Finalmente, el remate con el exterior de la Jugadora Mundial de la FIFA 2003 salió a milímetros de la puerta sueca.
El encuentro en el estadio Karaiskaki de Atenas se caracterizó por un ritmo elevado, con ambos equipos entregados al ataque desde el pitido inicial. En el minuto 14 Jane Tömqvist pudo adelantar a las escandinavas en un saque de esquina lanzado por Kristin Bengtsson. Su remate de cabeza a nueve metros de la meta alemana salió ligeramente desviado.
Las alemanas volvieron a armar un ataque por la banda izquierda. Conny Pohlers llegó hasta la línea de fondo y centró para Renate Lingor, cuya volea se le escapó entre las manos a la portera sueca, Carolina Joensson (1-0, 17').
Tan sólo dos minutos después, Viola Oldebrecht pudo aumentar la ventaja germana tras un centro de Birgit Prinz. Finalmente, su remate desde 15 metros no entró.
Las dos selecciones disputaban un partido al máximo nivel, con continuas oportunidades de gol en ambos bandos. En tan sólo dos minutos Hanna Ljungberg falló sendas ocasiones ante Rottenberg, primero con un remate de cabeza desde cinco metros y posteriormente tras una volea. Rottenberg volvió a salvar a su selección ante una ocasión de Östberg. En el lado opuesto, Joensson desvió in extremis ante Prinz.
Así las cosas, los espectadores vieron fútbol ofensivo de alta calidad en el estadio Karaiskaki. Ninguno de los equipos hizo concesiones y siguieron buscando la puerta rival. En el minuto 37 Kerstin Garefrekes se impuso por la banda derecha. Su centro encontró la cabeza de Pohlers, pero la meta sueca, Joensson, pudo desviar el remate a la parte inferior del larguero, de donde rebotó el esférico para acabar en los brazos de la cancerbera.
El ritmo elevado se prolongó con la reanudación. Prinz tuvo la primera ocasión de la segunda parte tras un centro desde la derecha de Wimbersky, pero la capitana no logró a acertar a cinco metros de la portería rival. A continuación, comenzó a disminuir la intensidad del partido. Si bien las suecas seguían dominando la contienda, ejerciendo más presión, no lograron elaborar escenas claras de gol.
Las alemanas se replegaron progresivamente, esperando su oportunidad para el contragolpe. No obstante, las mejores ocasiones se produjeron en el bando sueco. En el minuto 58 Hanna Ljungberg volvió a fracasar ante Rottenberg con una volea. Un minuto después, Malin Andersson efectuó un centro medido desde la derecha. Su balón atravesó el área y acabó en los pies de Linda Fagerstöm, que envió el esférico por encima de la portería desde 13 metros. Poco después, Rottenberg rechazó una falta lanzada por Andersson desde 25 metros.
Las suecas volvieron a lanzarse al ataque con todo en los compases finales, brindando así ocasiones de contragolpe a Alemania. En el minuto 86 Prinz se internó por la izquierda y puso en escena a Pohlers. La delantera alemana, sin embargo, falló desde una posición inmejorable. Las suecas literalmente asediaban la portería alemana, pero no supieron imponerse a la zaga rival. El marcador no se movería y las alemanas conquistaron la medalla de bronce.
La seleccionadora alemana, Tina Theune-Meyer, se mostró muy satisfecha con su equipo tras el partido: "Hemos logrado recuperarnos después del partido contra Estados Unidos. Hoy hemos demostrado que somos un equipo unido, que sabe luchar y jugar al fútbol. Fue un buen partido, lleno de emoción, un continuo intercambio de ataques, y se podían haber producido más goles". También tuvo palabras de especial elogio para su guardameta: "Silke Rottenberg hoy ha sido un gran respaldo, desbaratando todas las ocasiones rivales".
La seleccionadora sueca, Marika Domanski-Lyfors, criticó sobre todo la actuación de su combinado en la primera parte: "Atacamos mejor en la segunda parte, en el primer período estuvimos demasiado pasivas. Los partidos de fútbol femenino de elite están mejorando continuamente y cada vez resulta más difícil superar a las demás selecciones".
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