Los adultos mayores físicamente activos pueden vivir más que los adultos sedentarios y son más propensos a mantener su independencia, indicó un nuevo estudio realizado en Israel.
En tanto, las personas que habían sido sedentarias, pero iniciaron actividad física, incluso a partir de los 80 años, disminuyeron el riesgo de morir y prolongaron la cantidad de años de independencia, halló el equipo del doctor Jeremy M. Jacobs, de la Escuela de Medicina de la Universidad Hebrea, en Jerusalén.
"Lo importante es que aún entre los adultos muy mayores, nunca es tarde para comenzar a hacer ejercicio", dijo Jacobs. La revista Archives of Internal Medicine publica los resultados.
Los beneficios del ejercicio son reconocidos, pero existen pocos estudios sobre la actividad física en los adultos muy mayores.
Para investigarlo, el equipo evaluó durante 18 años a mil 861 personas, de 70 a 88 años. Las dividieron en dos grupos: los físicamente activos (hacían por lo menos cuatro horas de ejercicio por semana) y los sedentarios (hacían menos de cuatro horas de ejercicio por semana).
El 15 por ciento de los mayores de 70 años físicamente activos murió en los siguientes ocho años, a diferencia del 27 por ciento de los ancianos de 70 sedentarios. La mortalidad a ocho años fue del 26 por ciento entre los mayores de 78 años activos y del 41 por ciento entre los sedentarios.
En los mayores de 85, la mortalidad a tres años fue de apenas el siete por ciento para el grupo físicamente activo y del 24 por ciento para la cohorte de sedentarios.
Hacer actividad física aumentó también la probabilidad de que una persona pueda seguir haciendo actividades cotidianas, como ducharse, vestirse y comer sola; las personas que se activan a los 78 años eran dos veces más propensas a mantener su independencia a los 85.
Las diferencias se mantuvieron significativas tras considerar en el análisis los problemas de salud, cuán independiente seguían siendo los participantes y cómo las personas calificaban su propia salud.
Si bien se sabe que las personas sanas son más propensas a mantenerse activas, el equipo consideró varios factores asociados con la longevidad, como el tabaquismo, la enfermedad cardíaca, la diabetes y la funcionalidad.
"Aunque la lista no es exhaustiva, incluye los principales factores de riesgo y controlarlos nos permitió aislar la actividad física como un factor independiente en la mortalidad y no solo un indicador de la salud general de los participantes", indicó el autor.
El mensaje de los resultados para los adultos mayores, dijo Jacobs, es empezar la actividad física hoy si aún son sedentarios.
"La belleza de nuestro hallazgo es que los beneficios de la actividad se observó con apenas cuatro horas semanales de actividad moderada. Eso es unos 30 minutos por día". añadió.
Para que el ejercicio sea seguro, el autor recomendó comenzar despacio y descansar según sea necesario, y cualquier persona que haya sufrido una caída o que esté preocupada por su equilibrio de pie debería pedir asesoramiento médico antes de comenzar a hacer ejercicio.
También es importante tener cuidado con el tránsito vehicular y evitar las temperaturas extremas.
"Caminar es mi primera elección. Además de los beneficios físicos, salir al aire libre todos los días, cruzarse con otras personas, interactuar con el medio ambiente en las distintas estaciones son ingredientes de un buen envejecimiento", dijo Jacobs.