Había 1.500 razones para que Erika Villaécija se llevara, al menos, una medalla de estos Campeonatos de Europa Budapest 2010. Es la gran capitana, líder en varias generaciones y alma de un equipo joven que sabe competir porque la ve a ella apretar los dientes. En la final de 1.500 libre. estuvo en zona de medalla a partir del 500 porque se hundió la Potec. Ella siguió la estela de Pellegrini y de Murphy.
Llegó a rozar la plata, pero nunca cedió su bronce. ¡Erika, siempre estás ahí!
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