La asociación americana del corazón ha publicado nuevas recomendaciones para reducir el riesgo cardiaco. Insiste en una mayor reducción de las grasas y en una dieta variada, sin olvidar el ejercicio físico.
El estilo de vida y la dieta son imprescindibles para la salud cardiovascular, según las nuevas recomendaciones de la Asociación Americana del Corazón (AHA, sus siglas en inglés). Estos consejos actualizan las guías médicas ofrecidas en 2000 e intentan ofrecer información más comprensible a toda la población para frenar una epidemia de enormes dimensiones: el sobrepeso y la obesidad.
A grandes rasgos, se trata de insistir en lo que muchas investigaciones han mostrado: la dieta rica en grasas y alta en calorías junto con el sedentarismo son una bomba de relojería para el corazón y las arterias. En esta ocasión, los expertos estadounidenses quieren lanzar mensajes claros y sencillos para que toda la población pueda adaptar las recomendaciones dentro de sus gustos, siempre que sea sano y posible.
Más que hablar de dieta, centran la atención en el estilo de vida para prevenir la obesidad y, por tanto, los trastornos cardiovasculares. En principio se trata de mantener un índice de masa corporal (relación entre peso y altura) entre 18,5 y 24,9 kg/m2. Sus recomendaciones, publicadas en la revista 'Circulation', se dirigen a todos. Entre otros consejos, los expertos recomiendan una actividad física de 30 o más minutos la mayoría de los días de la semana. Si se pretende perder peso o mantener su disminución se debe practicar al menos 60 minutos de ejercicio casi todos los días.
Otra novedad es que las nuevas guías indican que se debe evitar el consumo o la exposicón al tabaco y que la mayoría de las comidas se deberían realizar en casa para fomentar una dieta baja en sal y en grasas. En este último aspecto las advertencias han sido muy claras: la ingesta de grasas saturadas debe estar por debajo del 7%, la de las grasas 'trans' ser inferior al 1% y el consumo de colesterol no debe llegar a los 300 mg diarios.
Para fomentar una buena prevención cardiovascular, los expertos apuestan por una dieta variada, rica en frutas, verduras, pescado azul y cereales integrales. De nuevo, se insiste en que hay que dejar de lado alimentos con alto contenido calórico como las bebidas azucaradas y el alcohol, del que sólo recomiendan un vaso al día en las mujeres y dos en los hombres. Con estas medidas y teniendo presente otros factores como las relaciones familiares y sociales, se pueden mantener unos niveles normales de tensión arterial (por debajo de 120/80 mm/Hg), un indicador de salud vascular.
Un apartado que las guías de 2000 destacaban eran los antioxidantes para disminuir el riesgo coronario. Sin embargo, la nueva revisión rechaza el papel de estos suplementos en la salud. De forma similar, las bondades de las proteínas presentes en la soja, que fueron ensalzadas hace seis años, ahora no entran dentro de la prioridad de estos expertos ya que los últimos estudios sobre estas sustancias no han confirmado su papel beneficioso frente al colesterol y la enfermedad cardiovascular.
Por último, sugieren que las personas con enfermedades como el síndrome metabólico (presencia conjunta de varios factores de riesgo cardiovascular) o la insuficiencia renal crónica deberían seguir una dieta más restrictiva y practicar un mayor nivel de ejercicio diario.
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