El deporte femenino es, casi siempre, considerado un deporte de segunda.
Que una mujer o una chica practiquen deporte ya no se considera algo extraño. Pero sí es menos habitual que las mujeres tengan el mismo protagonismo que los hombres en sus disciplinas, o que lleguen a ser
profesionales del deporte que practican. Esta situación se vuelve
especialmente preocupante si además, se trata de un deporte minoritario.
El reflejo en los medios de comunicación del deporte femenino es más bien curioso: por un lado todavía es noticia que alguna mujer o un equipo femenino practique tal o cual deporte; y por otro, los éxitos deportivos de las mujeres siguen aún ocupando las páginas interiores de los diarios. Logros que, en el caso de haber sido un hombre o un equipo masculino el protagonista, merecerían un espacio en primera plana.
Este es el caso de dos jóvenes universitarias malagueñas que han alcanzado la élite del rugby nacional: María Hidalgo (Mentxu) y Alhambra Nievas. Ambas jugadoras forman parte de la plantilla del equipo de la Universidad de Málaga (UMA) e integrantes de la Selección Andaluza de Rugby Femenino y colaboran con la Selección Española de Rugby Absoluta y Seven. Gracias al apoyo de la UMA estas dos malagueñas pueden desarrollar esta actividad deportiva al más alto nivel y representar a Málaga dentro del combinado nacional.
El deporte es un actividad cultural que, practicada justa y equitativamente, enriquece la sociedad y la amistad entre naciones. Es una actividad que ofrece a los individuos la oportunidad de conocerse mejor, expresarse, y cumplir algo; de conseguir el éxito personal, adquirir habilidades y demostrar su capacidad. En fin, el deporte es una actividad social y agradable, que fomenta la salud y el bienestar. El deporte fomenta la participación, integración y responsabilidad en la sociedad, y contribuye al desarrollo de la comunidad.
Sin embargo, el creciente profesionalismo en algunos deportes esta relegando estas cualidades a las propias de los espectáculos comerciales donde lo primero es siempre vender. Triste pero cierto. En un país donde
se compra casi más prensa deportiva que de información general y donde en esa misma prensa, todo lo que no sea fútbol o deporte practicado por chicos no deja de ser una mera anécdota, estas dos jugadoras buscan hacer un hueco dentro de esa élite discriminada: el deporte femenino.
|