Carolina Rodríguez e Isabel Martín han dejado el arbitraje, dentro del mundo del balonmano, al sentirse "discriminadas". Dos mujeres en un mundo de hombres que hoy, meses después de su descenso de categoría, aún no saben los motivos técnicos que llevaron a la Comisión Nacional a tomar esa decisión. Ellas creen que dicha decisión "se debe al hándicap que les supone ser una pareja femenina en un mundo de hombres”.
Hace diez años, Isabel Marín y Carolina Rodríguez, dos estudiantes canarias (en la actualidad la primera licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y la segunda diplomada en Relaciones Laborales) tuvieron la oportunidad de hacer un curso de árbitro de balonmano en el Comité Insular de Gran Canaria. El arbitraje fue despertando en ellas un interés que hizo que se engacharan cada día más, al considerarlo un reto personal que les permitía ascender de categoría a medida que iban demostrando en la cancha la experiencia y el buen hacer. Esta motivación aumentó, significativamente, cuando pudieron trabajar en un proyecto común y formar una pareja femenina, cuyo objetivo era aprender y escalar peldaños a medida que mejoraban como colegiadas.
Hace cuatro temporadas ascendieron a Primera División Nacional (dos menos que la máxima categoría) después de mucho esfuerzo y trabajo. Durante ese perIodo vivieron de todo en las diferentes instalaciones deportivas, y todo ello acompañado de un denominador común: aquellos que sin conocerlas ya les juzgaban mal por el simple hecho de ser dos mujeres. Por lo general, hombres que ponen sus propias barreras al hecho de que una fémina forme parte y se integre en su 'mundo masculino'; personas que no son capaces de adaptarse a los cambios sociales que se producen, en definitiva: intolerantes.
En la actualidad, se puede observar como tanto en el ámbito personal como en lo profesional acontecen decisiones y situaciones desfavorables para el sexo femenino. Cuando una mujer desea alcanzar un puesto en la sociedad, que por lo general ha estado ocupado por hombres, se cuestiona muchísimo más su capacidad.
En este sentido, Isabel y Carolina coincidían en sus argumentos: "Jamás hubiésemos pensado que pudiese ocurrir lo mismo en lo que considerábamos una afición en nuestra vida. Algo que poco a poco se fue convirtiendo en un mundo apasionante y que, además, contribuía a una mejora en nuestra calidad de vida reflejada en varios aspectos: el intelectual, social y físico".
Para su sorpresa, en agosto de este año, se enteraron por la página web de la Federación Nacional que les habían descendido de categoría. Cuando solicitaron una explicación al presidente de la Territorial, Álvaro de Castro, éste les comentó que no tenía "información de lo sucedido", por lo que se dirigieron a Ernesto Enríquez, responsable del Comité Técnico Nacional de Árbitros, que les expuso, según palabras de las dos ex colegiadas, "una argumentación carente de sentido y contraria a su Proyecto de Formación Arbitral". Por lo que entienden que "esta decisión carece de una base sólida por la que pueda sostenerse", explicaron.
Tanto Carolina Rodríguez como Isabel Marín creen que dicha decisión "se debe al hándicap que les supone ser una pareja femenina en un mundo de hombres”. Todo hace indicar, "que estamos ante un escenario puramente político, caracterizado por las falsas apariencias, donde lo único que les importa a los dirigentes de nuestro Comité es estar bien con cada estamento que constituye la Federación de Balonmano", explican.
Ambascolegiadas prosiguieron con su exposición: "Desgraciadamente, estas personas son importantes para la directiva del Comité, puesto que votan en las Asambleas y del resultado de éstas depende que su 'supuesta estabilidad' se vea perjudicada o no. Después de 10 años en este colectivo, y analizando lo ocurrido, consideramos que no queda ninguna razón por la que seguir luchando, ya que éste está dirigido por gente que toman sus decisiones en función de intereses creados, incapaces de ver más allá de su propia verdad y de defender a aquellos que integran el colectivo al que presiden: los árbitros".
En su opinión, continuar con el arbitraje en Primera División Territorial sería "aceptar y asumir un descenso totalmente injustificado", además de "formar parte de un sistema injusto y partidista", manifestaron.
Una vez más sale a la luz una triste realidad, la cual se reduce a que en varios deportes la mujer, en pleno siglo XXI, aún no tiene cabida. "Eso se demuestra con la proporción de árbitros masculinos y femeninos que hay en el arbitraje nacional de balonmano", nos comentaba Isabel.
Para concluir, las deportistas grancanarias quisieron "felicitar a todos esos que no soportaban vernos arbitrar, pues lo han conseguido. Podrán estar tranquilos, no peligrará su ego al tener que acatar las decisiones arbitrales tomadas por dos mujeres en la cancha", expusieron de forma contundente. Pero eso sí, se van satisfechas al pensar que "si volviéramos a empezar actuaríamos de la misma forma que lo hemos hecho en estos 10 años, siempre demostrando que nuestras aptitudes para el buen arbitraje no dependen del sexo al que pertenecemos", puntualizaron.
Una trayectoria truncada
Carolina e Isabel quisieron desvelar, de forma resumida, el por qué del abandono del arbitraje tras una década intentando repartir justicia en numerosos encuentros de balonmamo: "No hay argumentos sólidos ni procedimiento de evaluación serio que justifique nuestro descenso. Si en algún momento se puso en tela de juicio nuestra no capacidad o nivel arbitral para pitar partidos de primera categoría nacional, ¿por qué tuvimos designaciones hasta última hora y con encuentros bastante importantes? Desde el Comité Nacional Técnico de Árbitros no se nos informó en tiempo y forma de nuestros supuestos errores arbitrales, quitándonos la posibilidad de mejorarlos o subsanarlos durante la temporada.
"Por otra parte", continuaron las colegiadas, "la decisión de descendernos es contraria y no respeta los criterios del Plan de Formación Arbitral. Tampoco se ha realizado una evaluación global de la pareja arbitral que justifique el descenso. Además, nunca hemos provocado incidentes graves y hemos superado las pruebas físicas y los tests teóricos".
Por último, indicaron que "siempre hemos colaborado con nuestro Comité Territorial para la celebración de cursos formativos de árbitros aspirantes, actividades de preparación física, etcétera. ¿Por qué teníamos que ser nosotras las descendidas? Cuando Ernesto Enríquez expuso su Plan de Formación, las dos vimos como cumplíamos todos los requisitos establecidos en dicho Plan, sin embargo, tenemos conocimientos de que algunos de nuestros compañeros no los cumplen", concluyeron.
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