Practicar de forma habitual un deporte previene la aparición del cáncer de mama en las mujeres, según un estudio divulgado por el Instituto nacional francés de la salud y la investigación médica (Inserm).
Cuanto más intensa y regular es la actividad física efectuada, menor es el riesgo de desarrollar esa enfermedad, según los resultados de este estudio efectuado en 100.000 mujeres en Francia y cuyos resultados aparecen en el sitio internet del Inserm.
Según los investigadores del Inserm, las mujeres que dedican 14 horas o más a las labores del hogar cada semana presentan una disminución moderada del riesgo de cáncer 'en torno al 18 por ciento', con respecto a aquellas que no tienen esa actividad.
En cuanto a las que declaran emplear cinco horas o más semanales a prácticas deportivas de 'intensidad sostenida', la disminución del riesgo de padecer cáncer de mana es aún más marcada, 'del orden del 38 por ciento'.
Por tanto, los investigadores concluyen que, además de las horas que se dedica al ejercicio físico, es importante la intensidad de la actividad.
Se considera ligera una actividad que necesita un gasto de energía tres veces superior a la que se emplea en estar sentado sin hacer nada, mientras que una actividad intensa es seis veces superior.
El Squash, las artes marciales, el 'jogging', la natación, jugar al tenis y hacer ciclismo son, por ese orden, las actividades en las que se gasta más energía, según el Inserm.
Estar sentado, cocinar, caminar, hacer las labores del hogar, bricolaje, jardinería o gimnasia acuática son, por ese orden, las actividades en las que menos energía se gasta.
La bajada del riesgo de padecer un cáncer de mama ligada al ejercicio físico ha sido constatada también por el Inserm en las mujeres consideradas como 'de riesgo', como las obesas, las que no tienen hijos, las que utilizan tratamientos hormonales sustitutivos o las que tienen antecedentes familiares de esa enfermedad.
Los autores de este estudio estiman, por tanto, que 'la práctica regular de una actividad física intensa favorece una bajada no despreciable del riesgo del cáncer de mama', que 'representa más de un tercio de los cánceres femeninos'.
En el estudio participaron 100.000 mujeres nacidas entre 1925 y 1950 que fueron estudiadas desde 1990 a 2002, un intervalo de tiempo en el que 3.424 de ellas desarrollaron un cáncer de mama.
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