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IGUALDAD - Afirma la ONU
EL FIN DE LA DISCRIMINACIÓN SEXUAL ES LA CLAVE DEL DESARROLLO

11/3/2006 - sW Imprimir Noticia   Enviar a un amig@ 

La igualdad entre sexos "reduce la pobreza, además de salvar y mejorar vidas", y es la clave del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), indica el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA) en un informe publicado.

Los esfuerzos internacionales para disminuir la pobreza están en realidad "condenados al fracaso, a menos que los dirigentes del mundo actúen desde ahora para poner fin a la discriminación sexual", afirma este informe anual sobre el estado de la población mundial.

Titulado "La promesa de igualdad: igualdad de los sexos, salud reproductiva y Objetivos de Desarrollo del Milenio", este informe coincide con el 60 aniversario de la Carta de la ONU, que proclamó la igualdad de los derechos de los hombres y de las mujeres.

Compromisos ante mujeres y jóvenes

El texto recuerda a los dirigentes del mundo los compromisos ante las mujeres y los jóvenes, en el marco de los ODM adoptados en 2000 y proclamados durante una cumbre en Nueva York en septiembre. Estos ocho objetivos incluyen la igualdad entre sexos, la lucha contra la mortalidad infantil y la promoción de la salud reproductiva.

Según el informe, "invertir en las mujeres y en los jóvenes, que constituyen la mayoría de la población mundial, acelerará el desarrollo a largo plazo. De no hacerlo, se corre el riesgo de consolidar la influencia de la pobreza en las generaciones venideras".

"La discriminación desperdicia el capital humano, negando a la mitad de la humanidad el derecho a desarrollar todo su potencial. Disminuye la productividad y aumenta los costos en salud. También trae aparejados índices de mortalidad más elevados entre las madres y los niños y amenaza los esfuerzos para reducir la pobreza", subrayan sus autores.

A nivel mundial, los problemas de salud reproductiva --incluyendo el VIH/sida-- constituyen la principal causa de enfermedad y de muerte entre las mujeres de 15 a 44 años. Estos problemas provocan la pérdida de más de 250 millones de años de vida productiva al año, subraya el documento.

"Cada año, aproximadamente 529.000 mujeres mueren por causas vinculadas al embarazo que son casi totalmente evitables", prosigue. "La falta de acceso a los anticonceptivos modernos es la principal causa de cerca de 76 millones de embarazos no deseados sólo en el mundo en desarrollo, y de cerca de 19 millones de abortos practicados en condiciones peligrosas a nivel mundial, anualmente".

Cambios demasiado lentos

El documento advierte que la violencia, la mayoría de las veces doméstica, "continúa aterrorizando a millones de mujeres y niñas (...) causando tantas muertes como el cáncer en la franja etaria de 15 a 44 años".

A pesar de progresos legislativos en algunos de los países más pobres, "el ritmo del cambio es demasiado lento", señala el estudio. Unos 600 millones de mujeres todavía son analfabetas en el mundo, contra 320 millones de hombres.

"Aunque aumenta el acceso a la educación primaria, sólo 69% de las niñas en el sur de Asia y 49% en el Africa subsahariana llegan al final de este ciclo de estudios. A nivel secundario, la brecha es todavía más grande: solamente 4% y 30% termina sus estudios en estos dos continentes, respectivamente".

El informe reafirma el vínculo entre pobreza y falta de acceso a la planificación familiar, subrayando que la población mundial, hoy de 6.500 millones, debería pasar a 9.100 millones en 2050.

"La disminución del índice de fecundidad y de mortalidad significa que una proporción más importante de jóvenes entra en los años productivos de su vida relativamente con menos personas a su cargo. Si se combina con políticas sociales y económicas, este fenómeno puede traducirse en un aumento del ahorro y de los recursos disponibles para invertir en cada niño".

El informe subraya que esta "prima demográfica" explica el crecimiento sin precedente de las economías de Asia del este entre 1965 y 1990 y entre 2000 y 2015 podría reducir 14% la pobreza en el mundo subdesarrollado.

Las mujeres tienen menos tiempo libre que los hombres

Las mujeres tienen que realizar los trabajos domésticos y por lo tanto no disponen de la misma cantidad de tiempo para el ocio que los varones, que utilizan ese tiempo para el esparcimiento y el deporte.

El tiempo libre es un factor que nos puede ayudar a analizar las diferencias en los roles sociales. Destacamos que el deporte es un marco de la vida cultural en la cual las diferencias de género son fomentadas.

El ocio en general y el deporte en particular están disponibles para los que quieran dedicar su tiempo a ello. Pero el hombre tiene un número mayor de posibilidades.

En los últimos tiempos tanto la mujer como el hombre disponen de más horas de ocio que a lo largo de toda la historia, justificada por los cambios sociales -gracias a la revolución industrial entre otros motivos-. Es visto como tiempo de descanso, de rélax, de hacer algo diferente de lo que normalmente se ocupa en el tiempo de trabajo.

Pero la mujer ha estado subordinada económicamente al hombre, lo que afecta su actitud y acceso al ocio.

En las sociedades capitalistas, el dinero determina el valor, por tanto, el trabajo realizado en casa se valora menos. La mayoría de las mujeres que trabajan fuera de su casa, vuelven a ella para continuar con las tareas domésticas y su tiempo de ocio está en el lugar último de sus posibilidades.

Además la mujer argumenta -para no practicar deporte- la falta de tiempo, lo que es una limitación obvia. Y la mujer casada ve aumentadas sus obligaciones por lo que no es de sorprender que la práctica de deportes sea minoritaria entre ellas.

Otra cuestión es que el ocio necesita de un presupuesto mínimo. Si hablamos de la clase trabajadora, hay dificultades económicas. Lo que primero se resiente es el dinero para el ocio. Además, si consideramos que los ingresos pertenecen a la persona que trabaja y mantiene el hogar, es entendible que disponga del "poder" para decidir darle al dinero un uso personal. La mayoría de las limitaciones para el ocio femenino, por consiguiente, afectan más a las mujeres de clase trabajadora que a la clase alta.

Una de las causas ideológicas de la subordinación femenina es la creencia implícita en que las diferencias entre hombre y mujeres están determinadas biológicamente y son, por lo tanto, inmutables. Muchas mujeres creen estar mejor dotadas que el hombre para la crianza de los hijos, pero esto sólo refuerza su propia subordinación.

Si existiera una división del trabajo doméstico más compartida, se pondrían al descubierto relaciones no explotadas que permitirían que hombre y mujer puedan disfrutar en igual medida del tiempo de ocio.

Debido a la atribución de roles por parte de la sociedad, las niñas también disponen de menor tiempo de ocio que los niños, ya que a ellas se las responsabiliza de las tareas domésticas.

Esta distinción de roles se aplica desde la niñez, ya que a ellos se les regalan balones, carros, etcétera. Y a ellas muñecas, de forma que el juego la identifique con su futuro papel de madre.

El tiempo libre en la sociedad actual va cobrando una mayor importancia, la jornada laboral se va reduciendo, aparecen enfermedades relacionadas con el estrés provocado por el ajetreo que se vive en las grandes ciudades, y el hombre se vuelve más sedentario.

Los motivos que llevan a una persona a la práctica deportiva también son diferentes en hombres y mujeres. La gran mayoría de las mujeres que comienzan la práctica deportiva lo hacen persiguiendo el bienestar físico y psicológico.

Los modelos de un deporte masculino agresivo y violento no está bien visto que sean realizados por las mujeres, y esto determina los deportes "aceptables" para las mujeres.

La feminidad se mide por el grado de delicadeza que se tenga, por lo que lo más adecuado para ellas es la gimnasia de mantenimiento (para ser más atractiva y ser admirada por el varón), como bailes, aeróbicos, etc.

Pero se puede ir cambiando este modelo en la medida que la práctica de ejercicio sea vista como un estilo de vida para el bienestar psico-físico.

Analizando un poco, se puede llegar a la conclusión de que no hay modelo de opresión masculino en el deporte; sino que algunos hombres y mujeres apoyan los modelos tradicionales y otros se oponen a ellos.

En lugar de separar la practica femenina y masculina ¿por qué no practicar el deporte de forma mixta y familiar?

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