Son la clave de la cultura occidental: el sedentarismo y el sobrepeso. Aunque generalmente son factores que van unidos, a veces se hace más hincapié en uno que en otro. Un estudio, publicado en 'JAMA', ha analizado estos dos factores conjuntamente y ha comprobado que los dos aumentan los marcadores de riesgo cardiovascular.
Numerosos estudios han evaluado cómo afecta el sobrepeso a la salud cardiaca. También existen investigaciones sobre las consecuencias del ejercicio en el organismo. Sin embargo, son pocos los trabajos que han valorado estos factores al unísono y su efecto sobre determinados marcardores de riesgo cardiovascular.
El estudio que ahora publica 'JAMA' ha tratado de evaluar la importancia de tener un peso normal y un nivel de actividad física adecuado. Investigadores del Centro de Prevención Cardiovascular del Brigham and Women's Hospital, en Boston (EEUU), han realizado este análisis en 27.158 mujeres sanas.
A las participantes se les preguntó sobre su índice de masa corporal (una relación entre estatura y peso) y el grado de ejercicio semanal. También se midieron 11 biomarcadores entre los que se encontraban el colesterol 'bueno' o HDL, el 'malo' o LDL, y otras sustancias cuya presencia favorece la formación de placas de ateroma (aterosclerosis) en las arterias o indican inflamación.
Los investigadores encontraron que un menor nivel de actividad física y un mayor peso están independientemente asociados con concentraciones adversas de casi todos los 11 biomarcadores medidos, es decir, con un mayor riesgo cardiovascular.
Las mujeres con sobrepeso e inactivas tenían hasta tres veces más posibilidades de presentar una concentración elevada de proteína C reactiva, una sustancia que indica inflamación, y de colesterol 'malo' y menos cantidad del 'bueno'.
El mensaje para la mujer que quiera fomentar su salud cardiovascular "es sal de casa y camina, mantente activa 30 minutos al día la mayoría de los días de la semana, y pierde esos cuatro kilos o más si también lo necesitas, si quieres protegerte frente al infarto de miocardio y al ictus", afirma la doctora Samia Mora, principal autora del trabajo.
Comparadas con las participantes con un peso normal, "las mujeres con sobrepeso u obesas tienen unos índices de riesgo entre dos y 10 veces más elevados, como el colesterol y la inflamación, que aumentan su probabilidad de sufrir un infarto o un ictus", explica Mora. Las que están inactivas, si tienen un peso normal o sobrepeso, también presentan unas concentraciones de esos biomarcadores de riesgo entre un cinco y un 50% mayores.
Los autores del estudio creen que estos resultados son importantes porque se han demostrado sobre un gran número de participantes, de las que se disponía una detallada información sobre los factores de riesgo cardiovascular que han sido controlados en la investigación.
Finalmente, apuntan que aunque un mayor peso se asocia fuertemente con una concentración superior de los marcadores de inflamación y de grasas, un modesto nivel de actividad física (2,5 horas de ejercicio a la semana) estaba relacionado con sustancias que protegen la salud cardiovascular como el colesterol 'bueno'.
"Ante la creciente epidemia de obesidad e inactividad, que está aumentando particularmente en mujeres y se espera que lo siga haciendo a lo largo del siglo XXI, una correcta estrategia preventiva para enfermedades relacionadas con las grasas y la inflamación, como las patologías cardiovasculares y la diabetes, debería enfatizar en un estilo de vida sano que incluya actividad física regularmente y una dieta saludable", concluyen.
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