Natalia Rodríguez ya tiene su medalla. No es el oro con el que soñó durante unos minutos en los Mundiales de Berlín hace dos años y que le fue arrebatado por sacar de la pista a Gelete Burka, sino un bronce, pero le quita toda la presión con la que ha vivido los últimos años, las dudas. Y de paso, le da la primera alegría al equipo español, deprimido por los malos resultados en Daegu.
Rodríguez ha planteado un 1.500 muy táctico, controlando en todo momento, como ya hizo en las semifinales. Pero hoy ha atacado antes, confiando en sus cambios de ritmo y en su buen estado de forma. Pasados los 1.000m se ha puesto en cabeza y solo se ha visto superada en la recta final por la estadounidense Jennifer Barringer Simpson (4m 5,4s) y la británica Hannah England (4m 5,68s). La española ha parado el crono en 4m 5,87.
La bahrainí Mimi Belete hizo el trabajo de desgaste desde el inicio en beneficio de su compatriota Maryam Yusuf Jamal, que buscaba el tercer título mundial seguido, aunque sufrió una caída y terminó duodécima (4m 22,67s). Es la primera medalla de España en Daegu tras una primera fase desastrosa. España no figuraba - hasta hoy, ecuador del campeonato-, en la tabla de países con medallas, hay 28, ni tampoco en la establecida por puntos, basada en los finalistas (ocho primeros clasificados), en la que entran más de 50. La medalla de Natalia Rodríguez es la décima para el atletismo nacional femenino. Para la atleta de Tarragona es la cuarta presea en una gran cita después de las platas en el Mundial de Doha 2010 y el Europeo de Turín en 2009, ambas en pista cubierta, y el bronce en el Europeo de Barcelona al aire libre del pasado verano.