La mejor generación del balonmano femenino español ya tiene su premio. Las 'guerreras olímpicas', como se han bautizado, podrán buscar en Londres la medalla que les falta en su palmarés. Jorge Dueñas tomó la dirección del equipo en 2007 y con un núcleo de jugadoras casi fijo llegó la plata en el Europeo de 2008, un cuarto puesto en el Mundial de China en 2009 y la explosión en el Mundial de Brasil de diciembre pasado con el bronce. Fuera de los Juegos de Pekín, ya tienen su billete para Londres aunque perdieron ayer con Croacia 22-23 en el Preolímpico de Guadalajara. Les acompañarán las peligrosas croatas, que no se arrugaron.
España arrancó como un tiro, dispuesta a remedar el mal inicio del sábado con Holanda. Con sacrificio en el 6-0 defensivo y con Eli Pinedo rapidísima se colocaron 4-2. Pero no lo gestionaron bien con alguna que otra precipitación y se llegó al 5-5. Con Maja Zebic, jugadora del Itxaco navarro soltando brazo (cinco dianas en la primera mitad) y Ivana Jelcic segura bajo los palos, llegaron a tener una ventaja de tres tantos (8-11) a falta de tres minutos. Un gol de Macarena Aguilar puso el 10-12 en el electrónico con el que se llegó al descanso. Los escasos lanzamientos desde nueve metros de Nely Carla Alberto (11 goles a Holanda) y Marta Mangué fueron compensados con los tres goles de la extremo Carmen Martín (3), que formó parte del siete ideal del pasado Mundial.
La segunda parte tuvo dosis de suspense. Por un momento se mascó la tragedia cuando España, que no debía perder por más de seis goles, estaba cinco abajo (14-19) a falta de 12 minutos para el final. Zebic, Franic, Penezic y la central Tatari repartiendo juego hacían mucho daño. Pero un gol de Carmen Martín (mucha casta y 8 transformaciones al final), una providencial parada de la felina Silvia Navarro, otro tanto de Mangué y una nueva parada, esta vez de Ciubanu en siete metros, además de un penalti convertido volvieron a meter a España en el partido (17-19). Luego fue cuestión de apretar en defensa, de saber sufrir y de no perder de más de tres goles para asegurar el primer puesto. Londres estaba ahí, asomando.