Una vieja frase galesa, ya patrimonio de la cultura popular, reza lo siguiente: «El fútbol es un deporte de caballeros jugado por bestias y el rugby es un deporte de bestias jugado por caballeros». Sin embargo, de un tiempo a esta parte, esa sentencia repopularizada por Nelson Mandela en el 95, va a ser necesario reformularla.
El tópico de que el rugby es un deporte para hombres parece que ha quedado en el olvido, sobre todo para el Valle del Jerte Rugby Club. En el blog de los 'Irlandeses', como se conoce al equipo por los colores verdes de su uniforme, desde hace unas semanas reza una rotunda afirmación: «El rugby ya no es sólo un deporte jugado por caballeros. Ahora, se juega por damas». En efecto, el club placentino ha incorporado desde finales de 2010 a un grupo de chicas cuyo objetivo es familiarizarlas con el balón oval y formar como tal el primer equipo femenino de la región. Hasta ahora, Badajoz y Cáceres contaban con unas pocas jugadoras enroladas en sus filas, pero por fin Plasencia tiene el honor de presentar un 15 sobre el campo.
Toda una noticia en el panorama rugbilístico de la región si se tiene en cuenta el déficit en relación a otras comunidades autónomas. Hasta ahora, Extremadura ha sido una región impermeable a esta realidad, ya que, por desgracia, el rugby ha mantenido su condición de deporte de hombres y minoritario. La celebración de partidos amistosos femenino -aún con cuentagotas- no deja de ser todo un acontecimiento y los primeros pasos de un largo camino por recorrer. El Valle del Jerte RC es la avanzadilla de una apuesta arriesgada pero enormemente gratificante.
Tanto es así, que la sección constituye ya el orgullo de todos los 'Irlandeses', jugadores y afición. Tras su debut en el encuentro disputado el pasado 6 de febrero en los campos del Cuartillo de Cáceres ante un combinado local, pulsamos la opinión para conocer sus impresiones tras la puesta de largo en un deporte en el que quieren consolidarse con fuerza. El germen del equipo femenino nació tras una ardua labor de divulgación y promoción en los Institutos de ESO por parte de Armando Río y Sebastián Scida, presidente y entrenador del club Valle del Jerte.
Ambos se marcaron el objetivo de hacer llegar el rugby a las chicas más jóvenes mediante sesiones dentro de la asignatura de Educación Física. El proyecto rápidamente despertó aceptación e ilusión entre los escolares. «Nuestra principal premisa se basaba en incrementar la práctica de este deporte y fomentarlo entre las chicas, siempre sin romper el marco escolar, por lo que nos presentamos con la idea de abrir el abanico de las distintas disciplinas impartidas dentro de la modalidad del deporte colectivo con la inclusión del rugby.
En este sentido, estamos muy agradecidos porque los profesores, desde nuestra incursión, enseñan las reglas del juego. Los alumnos y alumnas lo entienden, y para todos deja de ser un tabú. Creo que ese es el verdadero camino», explica Armando Río. El actual presidente del Valle del Jerte Rugby Club aún mantiene vivo en su memoria el recuerdo de los últimos partidos disputados en el campo de La Isla, allá por el año 1982. En la última plantilla del equipo de Plasencia competía, entre otros, Francisco Paramio, presidente del equipo de fútbol de Tercera División del Ciudad de Plasencia. Paramio llegó incluso a ser convocado para defender la elástica de la Selección Nacional. La afición de Armando Río a este deporte se mantiene innata desde entonces. Durante su periplo como bachiller compitió en Dublín con el Trinity Collage. En España también jugó con la Universidad de Salamanca, CAR Cáceres, Majadahonda y Villanueva de la Serena.
El 'presi' da más detalles de cómo nació la sección femenina de su club. «Como casi siempre, ellas rápidamente tomaron la iniciativa y a los pocos días se presentaron veinte jóvenes para pedirnos participar en un entrenamiento y formar un equipo. Lo primero que hicimos fue iniciar una serie de ensayos con prácticas semanales. El trabajo ha sido constante a pesar de la precariedad de los medios que tenemos, ya que nos obligan a entrenar en campos de tierra/piedra. Por fin, el pasado sábado 5 de febrero, disputaron su primer partido amistoso». El dirigente jerteño asegura que «contamos con una base de chicas entre 16 y 19 años y nuestra intención es crear una escuela o club de cantera. Actualmente tenemos tres equipos. El primero, en Liga Regional; otro en juvenil; y el femenino recién creado. Ya el año que viene se formarán todos los que sean precisos. El conjunto femenino competirá en categoría juvenil y la idea es que se consolide. Nosotros ya llevábamos unos cuantos años dando vueltas a la cabeza y esto ha pasado de ser un proyecto a ser muy real.
No sólo queremos que no se pierda la práctica de esta disciplina deportiva en Plasencia, sino que queremos ampliar la cantera y un claro ejemplo lo son ellas», aseguró. No cabe la menor duda de que el proyecto es realmente esperanzador, pero la actual situación que atraviesa el deporte no es la más apropiada. El verdadero problema radica en la escasez de campos bien acondicionados, ya que estamos hablando de una disciplina que para ser bien practicada necesita de céspedes cuidados y semiperfectos. «Nos encontramos sin campos de juego y con escasez de jugadoras y entrenadores titulados, por ello, nuestro trabajo actual pasa por demandar la formación e infraestructura. Las instalaciones actuales deben mejorarse para que puedan ser exclusivas». En ese sentido, hay un dato importante.
Este año será el primero se impartan en Extremadura los cursillos para formación de preparadores. «Algo que necesitamos conjuntamente con instalaciones para poder pensar en una expansión. Ahora mismo contamos con la ayuda del Ayuntamiento, que se ha hecho cargo de nuestro problema de infraestructura a nivel de instalaciones y nos ha cedido el campo sintético de la Ciudad Deportiva, pero a corto plazo esto puede que sea insuficiente. En la actualidad tenemos tres equipos incluyendo al femenino, pero con más gente necesitaremos de instalaciones propias. Mientras esto no lo logremos, nuestra idea de crecimiento puede quedar estancada. Además, el campo que tenemos no reúne las medidas reglamentarias, aunque de momento dada la escasez de canchas, la Federación está haciendo vista gorda y no está entrando demasiado en ese tema».
Experiencia argentina Sebastián Scida Lescano es el actual entrenador del conjunto femenino del Valle del Jerte RC. Nació en Colonia Caroya (Argentina) y a los diez años comenzó a practicar el rugby. Llegó a España en 1991, pero por culpa de las lesiones tuvo que dejar el deporte y enfocar su afición hacia labores de dirección. Ahora le llega uno de sus mayores retos con este conjunto de damas. «Hasta ahora, la falta de jugadoras era un hándicap grande. Potenciar la divulgación en la cantera era uno de los puntos clave que necesitaba el club para lograr un desarrollo». Todo parece indicar que la próxima temporada habrá competición regional para chicas, ya que, «por suerte, los equipos femeninos de Cáceres y Badajoz van sumando cada día más componentes. Si hasta ahora no han podido jugar de manera organizada ha sido por falta de información, de material y de tiempo, pero ya podemos decir que hay una base sólida.
Nuestro mayor deseo es poner en marcha con todo su potencial este rugby femenino y deseamos encauzarlo para lograr un nivel que deseamos sea parejo al de otras regiones. No podemos olvidar que nuestra selección es la actual campeona de Europa», apuntó. Sobre la forma de llevar a término los entrenamientos, reconoce que no siempre fue fácil. «Sobre todo al principio, pero simplemente por la disciplina y el lenguaje. Nos dimos cuenta de que teníamos que cuidarnos un poco a la hora de expresarnos. También nos costó hacerlas entender la coordinación de los movimientos. Ellas partían de cero y no fue fácil hacerlas asimilar que en este deporte el balón se pasa hacia atrás y se corre hacia delante. Pero se nota que cada día les gusta más, ya que no paran de hacer preguntas".
Scida reconocía que en el equipo "no hay distinciones. Se trata y exige lo mismo porque la disciplina es exactamente igual para todos". Un pensamiento llevado a sus últimas consecuencias. Y es de momento el equipo no tiene capitana. "Este grado requiere muchas cualidades y la elegida primero deberá ganárselo sobre el campo".