Misoginia
Con el paso del tiempo, a medida que se ha hecho mayor, dice haber percibido que las diferencias de trato por parte de algunos compañeros de junta han sido menores. "Es como si en el mundo del deporte la mujer tuviera que mostrar arrugas en la cara para ser tratada de otra manera, de igual a igual, se lamenta la exnadadora, porque parece que cuando somos jóvenes a algunos hombres no les interesa ni nuestro cerebro ni nuestra eficacia en el trabajo".
A pesar de que históricamente la natación española ha dado deportistas de peso María José dice que a lo largo de los años ha detectado grandes dosis de misoginia y que, en cualquier caso, la dirección de este deporte ha sido siempre cosa de hombres. En la Federación Española no hay hoy ninguna mujer en la junta directiva y, añade Bilbao, "a nadie le preocupa que en la catalana sólo seamos cuatro mujeres entre los 26 miembros de junta". La exnadadora reconoce que durante su ya larga vinculación con los ámbitos federativos ha vivido situaciones que le han molestado porque implícitamente determinaban cuál debía ser el papel de la mujer en el deporte: "En campeonatos o reuniones muchas veces me ha dado la impresión de que nuestra presencia es buscada porque quedamos bien entre un grupo numeroso de hombres, pero otra cosa muy diferente es mandar, dirigir o decidir. En este ámbito no somos importantes".
¿Florero?
¿Se ha sentido florero? Bilbao reconoce que sí, que en algunas ocasiones así ha sido, si bien la sensación que más ha notado ha sido la de "no ser de este mundo". Recuerda que en repetidas ocasiones se ha sentido muy lejos del contenido de discusiones en las que se enzarzaban sus compañeros de junta, de algunas vanidades o de un profesionalismo que nunca ha sido su meta, e incluso en la forma de llevar ciertos temas. La exnadadora puntualiza que, en términos generales, "las mujeres somos más prácticas, más operativas, y los hombres más jerarquizados porque, en definitiva, les gusta más mandar, cuando lo que debe primar son los resultados, la eficacia". Está convencida de que si aumentara la presencia de las mujeres en las juntas directivas de las federaciones el deporte sería algo diferente. "A los hombres, reconoce, no les preocupa lo suficiente la situación de la mujer en el deporte. En mi federación, por ejemplo, yo no he oído nunca que alguien presentara un plan para atraer a las niñas a la natación o que se planteara como un problema, cuando menos como una preocupación, la mínima representación femenina en la junta directiva".
María José acepta que, además de todo lo anterior, la mujer es reacia a asumir papeles de mando, de dirección, en parte porque las federaciones deportivas, como otros muchos sectores de la sociedad, están organizados desde un punto de vista muy masculino: "La pérdida de tiempo en reuniones y juntas es enorme, los comentarios no operativos se alargan eternamente, y todo ello porque los hombres no tienen prisa por llegar a casa y las mujeres sí". Insiste en que los horarios de funcionamiento de las federaciones "son para hombres" y no estimulan "en absoluto" la presencia femenina en las juntas directivas. Bilbao no tiene grandes esperanzas en que la situación mejore, no ve voluntad para que ese cambio se produzca, a pesar de que ha detectado más preocupación en la cuestión del género en el deporte por parte de las instituciones públicas que en las propias federaciones. Todo es muy lento, asegura, "excesivamente lento".
Hortensia Graupera, una de las tres presidentas
de las federaciones catalanas
Hortensia Graupera (Barcelona, 1950) es desde 1992 presidenta de la Federación Catalana de Salvamento y Socorrismo, una de las tres únicas mujeres con este cargo entre las 59 asociaciones afiliadas a la Unión de Federaciones Deportivas de Catalunya (UFEC). Ha sido deportista en activo (campeona del mundo categoría individual en 1968 y 69 y por equipos en 1969), árbitro internacional y profesora. Es directora de la Residencia Blume, centro de formación de deportistas de élite de la Generalitat de Catalunya. La junta directiva de la FCSS está integrada por 15 personas, siete mujeres y ocho hombres.