3. LA CONDICIÓN HUMANA DEPORTIVA RECREADA
3.1. La recreación como relación
VICTORIA CAMPS, en su ensayo "El siglo de las mujeres", desarrolla el concepto de la ética del cuidado, centrado en el valor ignorado del cuidado y de la atención como complemento de la ética masculina de la justicia. Si pensar éticamente es pensar en los demás, las propuestas de la ética del cuidado, que comparte las tesis feministas, sitúan a la mujer de lleno en el compromiso con los otros. Y es este reclamo, el que define la relación con los demás, la tercera perspectiva desde la que repensar la condición humana deportiva, asociada esta vez a la dimensión recreadora de la actividad física.
Las personas femenina y masculina, recreándose, se entregan a una tarea en primer lugar interna, que nada tiene que ver con el examen comparativo?competitivo frente a los demás, y que les permite tomarse el pulso de su identidad humana, es decir, experimentarse hasta dónde y cómo se están haciendo distintas, sin alterar los ritmos vitales de nadie. Pero también, y en segundo lugar, se descubrirán capacitadas para incorporarse a un quehacer externo que les proyectará libremente hacia los demás.
La recreación deportiva, entendida como proyecto, como experiencia, y como comunicación humana, no sólo facilita la ocasión de un entretenimiento legítimo, sino que pone en juego el ser mismo más reposado, menos litigante, de quienes al entregarse al hecho deportivo están construyendo un tipo de comunidad humana no competitiva.
3.2. Ética y recreación
No se trata de contraponer, introduciendo un falso debate, el deporte de alto rendimiento y el deporte encarnado en el ocio, sino de evidenciar que la desdramatización de la tensión competitiva espectacular está acelerando en nuestros días la revisión del concepto exclusivamente vinculado a los resultados. El deporte recreativo socializa las conductas y es, en esta concepción del nosotros -definición centrífuga de las personas cualquiera que sea su condición sexuada-, donde se entroncan la ética feminista del cuidado, repensada por VICTORIA CAMPS, y la versión de un concepto recreativo del deporte, que busca, ante todo, una nueva condición deportiva, preocupada más por el ser humano, al encuentro gratificante con los demás, que por el ser humano en su vertiente de opositor a los demás.
La mutua comprensión de estas dos realidades, la ética y la recreativa, favorecerá el discurrir humano de quienes aliado de los otros, no en su contra, dieran cuenta de su condición humana relativa, su ser en relación, y se aprestaran a dar cabida a los demás como referentes de sus respectivas singularidades.
3.3. La ética del cuidado
¿Y cómo justificar que esta mutua comprensión nos autorizaría a repensar una nueva estructura de la condición humana deportiva? Estableciendo una simbiosis entre las aportaciones que se derivan de la realidad de¡ deporte recreativo, como espacio y tiempo de convivencias y libertades, con los valores que se determinan en la teoría de la ética de¡ cuidado. Y esta simbiosis propiciará, otra vez, una versión reforzada de la condición deportiva que atañe a la persona femenina.